Las infecciones vaginales son una causa frecuente de consulta médica para las mujeres. Se debe a infecciones causadas por microorganismos (bacterias, levaduras o virus).
Las infecciones vaginales incluyen:
- Infecciones por levaduras (hongos): candidiasis.
- Infecciones por parásitos (protozoos): Vaginitis tricomoniásica.
- Infección por bacterias: vaginitis bacteriana.
- Infección del tracto urinario: cistitis.
También podemos encontrarnos con casos de vaginitis no infecciosa, en la que se produce una inflamación de la vulva o la vagina sin infección previa.
Entre los síntomas más frecuentes nos encontramos:
- Enrojecimiento, picor e incluso a veces quemazón de la vulva, los labios y la vagina.
- Secreción vaginal anormal (en cantidad, aspecto, olor…).
- Dolor en relaciones sexuales.
- Dolor o malestar en la parte inferior del abdomen.
- Ardor al orinar.
- Fiebre.
¿PUEDEN AFECTAR AL SUELO PÉLVICO?
La respuesta es SÍ!
La FLORA VAGINAL es la colonia de bacterias beneficiosas y necesarias para nuestra salud íntima. Cuando hay una infección aparece un desequilibrio a favor de los microorganismos dañinos.
Cuando se produce una infección no solo se daña el tejido colonizado por los microorganismos si no que aumenta la tensión en tejidos y órganos de la zona como respuesta protectora. Fascias, suelo pélvico, útero o recto pueden sufrir inflamación y espasmo, y por tanto una alteración de su función. Esto se debe a un aumento de la actividad neurovegetativa como respuesta a la infección.
Cuando estas infecciones además ocurren con regularidad aumenta esa actividad neurovegetativa de defensa haciendo que los síntomas persistan incluso cuando ha desaparecido el microorganismo que la causó.
La fisioterapia del suelo pélvico resulta útil cuando hay infecciones de repetición o cuando los síntomas persisten y no responden al tratamiento o abordaje habitual.
- La educación al paciente es fundamental. Enseñar pautas de higiene íntima y consejos de estilo de vida saludable.
- Normalizar el tono muscular y fascial para disminuir las tensiones y devolver la funcionalidad al suelo pélvico y las vísceras pélvicas.
- Valorar si existe una abertura vaginal mayor que pueda hacer que se altere el pH vaginal y por tanto, conducir a la infección. La vagina debe estar cerrada y libre de aire.
- Control del estreñimiento para evitar la acumulación de bacterias. Una reeducación abdominal y perineal para asegurar una buena evacuación.
- Tratar el dolor coital normalizando las tensiones con terapia manual, radiofrecuencia Indiba, uso de vibradores etc.
Ponte en manos de especialistas en la materia si crees que necesitas ayuda para luchar contra las infecciones vaginales.
En FISAREA somos especialistas en uroginecología. Consúltanos tu caso y realizaremos una valoración personalizada para poner en marcha el mejor tratamiento para ti.
Por último te dejamos unos consejos que pueden ayudarte a cuidar tu flora vaginal:
– Usa ropa interior de algodón y no muy ajustada. Debe transpirar la piel evitando crear un ambiente húmedo.
– Cambiar tampones y compresas con regularidad.
– Lavar bien la zona tras las relaciones sexuales.
– Limpiarse correctamente tras la defecación. Siempre de delante hacia atrás.
– No realizar lavados ni duchas vaginales ya que se puede destruir la flora vaginal
– Llevar una dieta equilibrada evitando los alimentos procesados y los azúcares que tanto gustan a los microorganismos.
– Tomar probióticos cuando se realizan tratamientos con antibióticos.
– Realizar ejercicio físico que ayuda a mejorar el sistema inmunitario.